martes, 20 de julio de 2010

La estrella con la que nadie contaba

Olvidemos a Forlán, a Mueller o a Iniesta. El astro indiscutible de la Copa Mundial de la FIFA que acaba de concluir no ha sido ninguna de estas entonadas figuras, sino un cefalópodo que vive a más de 8.000 kilómetros de distancia.
Después de todo, por muy impresionante que fuese el desempeño de Forlán y compañía, ningún jugador puede vanagloriarse de haber tenido una actuación totalmente impecable en Sudáfrica 2010. El pulpo Paul no sufrió ni un solo traspié (aunque tenga ocho tentáculos) durante un mes en el que ascendió al estrellato de forma meteórica, y que terminó con un tira y afloja por hacerse con sus servicios.
Para quien aún no sepa en qué consiste todo esto, Paul se hizo famoso al acertar sus ocho pronósticos en el torneo, desde la primera ronda hasta la final. El método utilizado por el habitante más famoso del centro Sea Life de Oberhausen para determinar qué equipo iba a ganar un partido consistía en comer el mejillón de una de las dos urnas que se le ofrecían, cada una con la bandera de los países que se enfrentaban. Y, a medida que iba acertando resultados, varios canales de noticias de toda Europa empezaron a transmitir en vivo sus predicciones, y la frase “Paul el pulpo” generaba un tráfico de Internet enorme, hasta situarse entre las diez más utilizadas del registro global de Twitter.

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